MASSENET: Piano concerto en Mi bemol
HAHN: Piano concerto en Mi

"Como la mayoría de la música de Massenet, ésta es armoniosamente atractiva. Más conocido por sus óperas que por cualquier otra cosa, aparte del ballet o en la música Le Cid, es extraña la posibilidad de escuchar Massenet en un medio puramente orquestal; normalmente tal cuerpo de intérpretes estaría consignado al rol de acompañar la voz humana desde el foso en una casa de óperas. A pesar del mejor esfuerzo de todos los involucrados, y Stephen Coombs es en buen intérprete, la música es peligrosamente tediosa, sólo en el último movimiento sobreviene una energía natural y un sentido de propulsión en los ritmos, tiempo y estilo. A pesar de esto, es curioso ya que Massenet escoge temas eslavos para las melodías de baile, en vez de aquellos provenientes del África colonial, que Saint-Säens realizado para un concierto de tal estructura. Antes de que se tienda a pensar en otra melodía al estilo del Carnaval de los Animales y su bonito tintinear asignado al sonido de los peces, el sonido retorna a nuestras mentes en el primer y el segundo movimiento.
Extraño es que el compositor tuviera casi 60 años cuando la escribió finalmente pero suena como si la hubiera realizado cuando todavía hacía exploraciones invasivas hasta desarrollar sus ideas para su trabajo de juventud. Tal vez se encontraba al realizar un concierto de Hall en aguas relativamente desconocidas en contraposición a la tierra firme que le proporcionaba su tan querida Opera House. Liszt estaba impresionado por la forma de tocar el piano de Massenet y lo animó, incluso en la medida de buscar una esposa mediante la idea de conseguirse una pupilo para enseñar y luego casarse.
Por otro lado, Massenet enseñó a Reynaldo Hahn composición desde 1887. El concierto de Hahn es mucho mejor al de su maestro, más interesante, inventivo y pegadizo. Ravel fue su contemporáneo y suena como él en determinados lapsos (ocasionales momentos del solo de percusión, harpa, corno inglés, trompeta y otros); pensado para 1931, es una pieza conservadora en el mejor sentido de la palabra, tiene matices de Chopin, Liszt y por supuesto, el inevitable Rachmaninov. Como su predecesor, Hahn produce su único concierto para piano hacia el final de su vida. Tal vez la construyó precisamente como un salto atrás, hacia fechas pasadas cuando la música era ostensiblemente más elegante y encantadora. Ciertamente, esta es una obra digna de homenaje al concierto en Sol mayor de Ravel: la orquestación magistral, la melodía inspiradamente inventiva. Un performance espléndida es dada por todos los intérpretes en la obra pero es una lástima que el animado y jovial (¿Tal vez Satie?) segundo movimiento scherzo sea tan corto. Casualmente, cuando Hahn lo grabó con Magda Tagliaferro en 1937, la obra debió ser reducida en gran parte, pero la versión presente es una versión totalmente restaurada como así lo pretendía el compositor.
Es un disco que vale su precio para ser el único concierto de Hahn."
Christopher Fifield-musicwebinternational.com
"Esto es un verdadero hallazgo. La bien merecida reputación como compositor de ópera ha eclipsado sus piezas orquestales, incluido su animado y llamativo Concierto para Piano. El finale, en particular, es un estimulante ejercicio de exotismo eslavo que volaría el techo en una performance en vivo. El Concierto de Hahn comparte la misma calidad de melodías, centelleando orquestación, y una agradecida pieza para el solista. Como Massenet, Hahn fue conocido por ser un compositor para música cantada (así como un amante de Marcel Proust) pero eso no le impidió escribir un concierto que se establece como uno de los mejores que el siglo XX pudo ofrecer. Debo agregar la maravillosa actuación y el gran sonido que proporciona esta doble atracción."
David Hurwitz
"Massenet bosquejó su piano concerto a mediados de la decada del 1860 cuando era un estudiante en Roma. Lo completó en 1903 cuando ya se había establecido como el más grande compositor de ópera de su generación. Y fue recibido fríamente.
Mientras transcurren los motivos diligentemente, el trabajo es ciertamente indigno del compositor de Manon. La escritura de la partitura puede ser muy delicada (Massenet había aspirado en un punto de su carrera ser pianista), pero las ideas musicales caen en su mayoría en lugares comunes aunque tal vez solo se redime con un final efectivo en el último movimiento con la inclusión de una pieza llamada “Aire Eslovaco” que puede provenir de las amables suites orquestales del compositor.
Uno de los pupilos de Massenet, Reynaldo Hahn es recordado mayormente por sus canciones y operetas. Su concierto está dedicado a la perdurable Magda Tagliaferro, cuya interpretación de la obra en 1937 (con Hahn conduciendo la orquesta) está cortada, haciendo este disco la primera actuación completa de la obra. Este concierto carece también de memorables ideas pero su saludable despreocupación y su modo desalineado son graciosos y entrañables.
La interpretación de Stephen Coombs ofrece un sensitivo manejo de la textura aunque adolece de una identidad interpretativa y genera que los tonos sean indiferentes. Apoyo firme del conductor de la orquesta. El sonido, casi ideal."
George Hall, Classical-music.com
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